Relatos porno XXX VOL 11: se empezaron a convertir cada vez mas en juguetes, en juguetes sexuales para ser exactos. (Spanish Edition)

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La desdeñosa cumbre que nadie debería de atreverse a romper, donde los más grandes desafíos a la moral se encuentran—.

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Su lengua embarrada de saliva empezó a lamer el frenillo y también la cabeza rosada que se le ofrecía. Desde eso, yo me había hecho cargo de su educación y trataba de mantenerla feliz en todos los aspectos de su vida. Moví las caderas de adentro hacia afuera para que, centímetro a centímetro, la carne fálica entrara en aquella suave boca de terciopelo. Verónica siguió jugando con el condón, desdoblándolo y luego, probando el lubricante con la lengua.

Mi pene, entonces, reaccionó haciendo presión contra la toalla hasta levantarse por encima de esta. Estaba sobre su cama, todavía envuelta con la toalla y mirando con sonrisas de ingenuidad infantil aquellas imágenes poco ortodoxas para su edad. Así pasaron otros minutos hasta que rex por fin pudo sacar su miembro rojizo del coño de la culona. Mucho tiempo sin tener sexo que cuando por fin llegó el orgasmo era tal el placer que sentía como le desgarraba el alma.Prométeme que le enseñarás de todo a nuestra hija —susurré las mismas palabras que ella había dicho antes de partir. Enredó sus largos dedos sobre mi pene, y con la otra, cruzando entre mis piernas, las llevó a su sexo. El jadeo de ambos seguían mientras que el sonido de como una gran pila de carne es golpeada acompañada de unos gemidos algo fuertes que nadie pudo oir, después de todo una casa bastante apartada de los demás también tiene sus ventajas. Le acaricié las mejillas y dejé que mi pelo, largo hasta los hombros, se me pegara a la cara al mojarse por el sudor que despedía mi propia frente.

Verónica se fue a duchar mientras yo recogía todo lo que habían hecho las niñas en el cuarto de mi hija. Rex por su parte no la escuchaba, le gustaba la sensación de estar dentro de Kate, la esposa de su dueño que lo rescató, y que ahora lo está pagando pasandola bien con su esposa y volviendola su Perra.Y claro, eso ponía cachondo a rex cada vez que la ve, y no desaprovechando esa oportunidad siempre terminan en ellos teniendo sexo sin control.

Kate obvio no quería que rex la siguiera lamiendo, pero el placer que le producía la lengua de rex era tal, que no la dejaba concentrarse bien en quitar a su perro de su coño. El perro ya no le importaba eso, no le importaba ahora si su dueño hizo mucho por el, sus instintos sólo predominaban y lo único que decían era: " convertir a su dueña en su Perra". Kate era una mujer de piel blanca con cuidado y sin pelo alguno, cabello negro, unos pechos del tamaño de una sandía, unas caderas anchas y sobre todo un culo bastante grande y anchos siendo el mayor orgullo de Kate, en la cual se voltea y pone su mano en la nalga derecha. Kate no termino cuando rex puso sus dos patas delanteras en sus hombros, dejando muy cerca de su cara el pene del perro, como si la estuviera mostrandola con mucho orgullo. Rex por su parte va saliendo de su cuarto bastante satisfecho de haber cumplido con aparearse con Kate, mientras que está última se levanta para cerrar la puerta y se acuesta aún sudada y con el semen aún saliendo de ella, se acuesta a dormir bastante satisfecha y más relajada.Tragué saliva mientras las miraba y pensé en que este era el motivo por el que yo escuchaba tantas risitas provenir del cuarto. Su boca se movió con más velocidad, llenando mi verga de besos y mordidas que prometían un futuro lleno de deleite. Kate: aaaaahhhh ¡¡REX!! ¡¡POR FAVOR!!! aaahhh y-ya llevamos así aaahh durante 3 horas aaahhh ya está aaaaaahhh anocheciendo aaaaahh tomate un descans-ooooooohh. Así que después sólo fue hacía la habitación de su dueña, y vio como ella tira de la puerta, pero no fue lo suficientemente fuerte como para hacerla cerrar completamente.